Bailemos mañana un poquito más que hoy

                                                                                                      Fotografía: Julio Alcocer

No me gusta empezar a dibujar sin terminar, no borro lo escrito, lo reordeno; no puedo dejar de aprender escuchando, no quiero bailar sola.

El estilo de mis zapatos cambia según el país en el que sueñe que ando. Y cuando los sueños no llevan peaje me encanta ver que Venezuela hace frontera con Guinea Conakry, y están al lado de Córdoba. Y es que no hay sol que tanto ilumine que unos ojos hablando a la vez que tus manos cercanas a un tambor, dando vida a este corazón.

Disfrutar de la música es fácil, todos lo hacemos a lo largo del día al menos unos minutos. Sentirla correr por las venas es vivir, es ritmo en cada paso día a día, es dormir con banda sonora, y pasar noches en vela, danzando junto a ti...y ver que el lucero del alba es tu voz susurrando al oído las más lindas melodías.

Que no deje África de sonar tan cerca de mi piel, que no falte nunca Brasil en mis venas, que el resto de las músicas del mundo no dejen de formar parte del último poro de mi piel, de mi alma. Y que no dejéis nunca de mostrarme la vida a través de los oídos, de la mirada, del tacto...del corazón.

El mundo es demasiado grande para dejar de caminar, pienso seguir bailando en el camino, sintiéndolo bajo nuestros pies, cada vez más intenso..



Besos,

Comentarios

  1. Buala como te pasas! Yo creo q el mundo t queda pequeño...algo asi solo lo puede escribir una persona muy grande!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares