Paseando de viernes a domingo


Hay veces que el camino tiene desvíos hacia áreas de descanso. Otras veces mi camino se convierte en una pista de baile donde puedo pasar horas infinitas sin descansar. Caminando, descansando los pies, bailando sin parar...me encanta sonreír. Me encanta que te encante cuando sonrío, me hace sonreír aún más. Me encantan tus consejos y que me entiendas sin que hable, eres mágica. Me encanta hablar contigo de muchas cosas en poco tiempo. Me encanta cuando al fin cantas, es mágico también. Me encantan tus mojitos, el dulzor no sólo lo pone el azúcar. Me encanta que llegues por detrás y me des en el hombro, aunque no lo parezca. Me encanta lo que me enseñas, siempre. Me encantan tus chistes. Me encanta que cumpláis años con esa alegría, y estar cerca para ver como lo disfrutáis. Me encantan tus monólogos y apariciones estelares. Me encanta como bailáis, sois como dos plumas flotando en el aire perfectamente coordinadas. Me encanta tu arte y tu alegría permanente. Me encanta tu energía, imparable. Me encanta vuestro ritmo que no se detiene nunca. Me encanta haber descubierto lo adorable que eres.

Si os uno a todos...hacéis que me encante la vida tal y como va por este sendero.

Al final, me encanta caminar sobre esas piedras. Y los días en Córdoba, celebrarlos con vosotros, la buena música, me encantan los buenos momentos y los que puedo imaginar que llegarán, me encantan las anécdotas inimaginables y vuestra guasa infinita, me encanta no ser capaz de parar de sonreír...porque todo esto, al fin y al cabo, es vuestro.

Hoy suena...Steve Wonder, qué menos!
Besos,

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