Alors on danse



A veces el camino que parece te lleva por las mismas calles de cada día, empieza a cruzar continentes y países, y te transporta por unos días hasta Guinea Conakry, nada más y nada menos. A tan sólo 80 km, pude aprender, sentir África, la dulzura y a la misma vez fuerza de las raíces de la tierra, descubrir nuevos instrumentos, y ser un poco más sabia.

Que la música no tiene límites físicos ni místicos, que sólo hay que escuchar, danzar...y sentirte en paz. Y los ritmos africanos son mejor medicina para el dolor que el ibuprofeno.

Aboubakar Syla nació en 1982 en Guinea Conakry, población de etnia Soussou, y desde los 5 años lleva creando música y tocando instrumentos como el Kamalengoni, bolón, Kalimba o Djembe como si fuesen una parte más de su cuerpo. Y gracias a los caminos que la vida nos da a cada uno llegó hasta Córdoba durante unos días para que pudiésemos aprender, disfrutar, bailar, y caminar por sendas que si no fuese por él sería difícil descubrir.

Gracias a su música y su voz, apetece danzar más que andar...y usar los pies para acompañar la melodía del camino.


Besos,


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