Me voy a andar



Y aunque llevemos el mismo calzado cada bota acabará en un país distinto, o en habitaciones distintas, o quizás todas juntas enterradas en sacos de dormir y pocas horas de sueño. Y es que cada uno desgasta las suelas de los zapatos de manera diferente.

Yo espero andar tanto, que de aquí a dos semanas me quede descalza, y de repente aparezcas en mi camino y me regales arena fina de playa por la que pasear sin necesidad de zapatos, o nubes por las que no haga falta apoyar los pies sobre el suelo.

Ay primavera, que haces que hierva la sangre y vuele la imaginación, sigue regalándome sueños que ya los intentaré cumplir yo...

Si te coges de mi mano, contigo yo subiré

Besos,

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